Pegado como un chicle a mi silla, veo las líneas del eterno retorno tomar el camino de vuelta a mi ventana. La atmósfera se torna densa al calor de las antorchas y el aire es tan espeso que puede verse. Los demonios golpean bajo la línea de flotación y alguien tendrá que acallarlos. Es hora de darse a los placeres amargos. El sueño y el agua se evaporan en el cielo del paladar. Y así, se nos hará de día y llegará la primavera y los pólenes de ocasión con regusto a humo de tubo de escape. Tocará emigrar a prados más verdes o encontrar un refugio al que anclarse, aunque sólo sea por si acaso. Mis raíces entran y salen de la tierra y no podría aventurar cuál será mi próximo paso leyendo su rastro. Seguiremos en el lado furtivo, capeando los malos tiempos con algo más que las acrobacias de rigor. Nos imponen desde sus pantallas la ansiedad y el miedo al futuro, de negro que nos lo pintan. Arrojemos algo de luz a su uniformidad grisácea para abrir nuestras retinas al Technicolor.
De momento, me pierdo siguiendo las ondas que salen del altavoz y alimentando la hoguera con más leña para que no se me hielen las pezuñas. Las mantas calientan pero no hacen compañía y, a estas alturas de la noche, prefiero entregarme al nepente. La madrugada conserva cierto brillo de paraíso artificial donde es posible olvidar el lastre y los malos sueños. Seguir volando en vez de arrastrarse como el resto. Porque una vez más de eso es de lo que se trata, my sweet Ganja Babe, es todo cuestión de still misbehaving.
De momento, me pierdo siguiendo las ondas que salen del altavoz y alimentando la hoguera con más leña para que no se me hielen las pezuñas. Las mantas calientan pero no hacen compañía y, a estas alturas de la noche, prefiero entregarme al nepente. La madrugada conserva cierto brillo de paraíso artificial donde es posible olvidar el lastre y los malos sueños. Seguir volando en vez de arrastrarse como el resto. Porque una vez más de eso es de lo que se trata, my sweet Ganja Babe, es todo cuestión de still misbehaving.
2 divagando:
prepárense señores del textil que llego
[...] Texto delirante, "divagante", filosófico ...
[...] Aguardando el quinto día y más de las muchas palabras que guardas.
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