Una vez más, el pacifismo es terrorista

No muy a menudo, las figuras de cierto lustre político dejan entrever más allá de la máscara de la corrección, el consenso y el lenguaje políticamente correcto. Muchos sólo dejan ver la mueca involuntaria, el ademán distraído bajo la lluvia plomiza del discurso premeditado, para todos los públicos. Sólo en situaciones de tensión, cuando la situación parece serles radicalmente adversa, se les despeinan los lacados mechones de sus flequillos y los espumarajos asoman a flor de labios.

A veces la verdad se revela por sí sola, de forma casi inocente, si no fuese por que nos desvela el mecanismo perverso que mueve los engranajes y aprieta las tuercas del sistema. Ayer mismo, en entrevista con Periodista Digital, Francisco José Alcaraz, el peluquero jienense que dirige la Asociación de Víctimas del Terrorismo, declaró sin rubor alguno: "hablar de paz es asumir el lenguaje de Batasuna-ETA". No se lo pensó dos veces. Anda rebelde la oposición con las negociaciones con ETA, casi facciosa. Ayer mismo, día en que EL PAÍS desvelaba en un artículo que una delegación del primer gobierno Aznar se sentó a negociar con Herri Batasuna sobre un posible proceso de paz en 1998, exactamente un día después de que ETA asesinase a dos persona en Zaragoza. El propio Aznar salió a la palestra para defender esta decisión, afirmando que "ningún hecho de este tipo se interpondría en un momento histórico como ese". A ellos les salió mal, pero ¿es coherente que ahora el PP rompa relaciones con el Gobierno y sus líderes y lacayos afirmen una ruptura guerracivilista?. Esperanza Aguirre pide explicaciones al gobierno por el Gulag stalinista, Acebes afirma que los planes del Gobierno son los mismos de ETA, Rajoy, líder desde el armario, habla de chatajes y golpes contra el Estado de Derecho (ese mismo derecho que violaron para entrar en guerra e ilegalizar partidos).
Los medios echan chispas. La "Brunete mediática" ha calado sus bayonetas: Fede, el semanario Alba, Yanke y "su" Telemadrid, El Mundo, Libertad Digital y los demás voceros populares han respondido como un sólo hombre a la llamada del clan: "están rompiendo España". La AVT, amiga de la familia, se ha unido a la protesta convocando a sus huestes a otro sábado de lucha callejera antigubernamental. Primero fue por la familia (o contra los homosexuales), luego por la religión (o contra la pérdida de poder religioso en la educación) y luego por la patria (o contra sus enemigo, que, hoy por hoy, somos casi todos). Todos sabemos quién se junta esos sábados y contra quién ladran sus consignas.

Saltan a la defensiva cuando se habla de paz, como los endemoniados ante el agua bendita. Ya es hora de preguntarse por qué y atreverse a firmarlo en voz alta: el Partido Popular y su entorno necesitan el terrorismo de ETA y no están dispuestos a permanecer impasibles mientras desmontan su juguete favorito. Necesitan un enemigo, un coco para asustar a los crédulos, una excusa perfecta para usar de freno o arma arrojadiza ante cualquier propuesta nacionalista, un arma emotiva inapelable a la hora de amasar votos. Alcaraz, Rajoy y algunas víctimas no están dispuestos a permitir cualquier salida pacífica al conflicto, sencillamente porque no quieren paz, quieren venganza. Niegan que haya una guerra, pero no están dispuestos a pararla hasta que no vean al enemigo a sus pies y vencido al fin el fantasma del separatismo. Puede que no se den cuenta de que su victoria sólo pasa por más víctimas, más dolor y menos libertad para todos. Puede que no hayan oído el grito de la calle que pide paz. Paz sin más. No pueden oírlo, mientras vocean por las esquinas una nueva guerra civil. ¿No te lo crees? Enciende esa radio mañana temprano y acércate el sábado a pasear con ellos. Pone los pelos de punta, ¿verdad?

Mentiras

Constitución Española de 1978
Todos tienen derecho a la vida y a la integridad física y moral, sin que, en ningún caso, puedan ser sometidos a tortura ni a penas o tratos inhumanos o degradantes.


Artículo 17.

1. Toda persona tiene derecho a la libertad y a la seguridad. Nadie puede ser privado de su libertad, sino con la observancia de lo establecido en este artículo y en los casos y en la forma previstos en la ley.

2. La detención preventiva no podrá durar más del tiempo estrictamente necesario para la realización de las averiguaciones tendentes al esclarecimiento de los hechos, y, en todo caso, en el plazo máximo de setenta y dos horas, el detenido deberá ser puesto en libertad o a disposición de la autoridad judicial.


Artículo 21.

1. Se reconoce el derecho de reunión pacífica y sin armas. El ejercicio de este derecho no necesitará autorización previa.

Artículo 47.

Todos los españoles tienen derecho a disfrutar de una vivienda digna y adecuada. Los poderes públicos promoverán las condiciones necesarias y establecerán las normas pertinentes para hacer efectivo este derecho, regulando la utilización del suelo de acuerdo con el interés general para impedir la especulación. La comunidad participará en las plusvalías que genere la acción urbanística de los entes públicos.

¿Protegen los poderes públicos el acceso a la vivienda digna? ¿Reconocen sus Fuerzas de Seguridad el derecho a la libre reunión? ¿Nos protege la ley contra la violencia policial y la detención arbitraria? Madrid, primavera de 2006: los antidisturbios de la Policía Nacional derogan de manera tácita los artículos 15, 17 y 21 de la Constitución para reprimir la manifestación pacífica que reclama la aplicación del artículo 47 de dicho código legal. Una vez más, sus bellos principios enunciados en ampulosos eufemismos no son más que la coartada que esconde la protección gubernamental del expolio y el amparo a la especulación. Los delincuentes de traje y corbata que se enriquecen a costa de las necesidades de todos son los que dirigen la represión de toda disidencia. Y sus voceros (Antena 3 en concreto) estuvieron allí mirando hacia otro lado, apoyando la brutalidad y criminalizando toda protesta. Maquinaria perfecta y bien engrasada de la que somos mudos cómplices.

Una vez más, su democracia es mentira.

El nuevo "aire" de la monarquía

La monarquía es una constante en el devenir de los siglos. La historia la han escrito los mandamases regios. Para mantener el poder absoluto de uno solo sobre todos los demás, las astutas testas coronadas se han valido de mil ardides con los que sojuzgar a la plebe: el estilo Luis XIV, el estilo Reyes Católicos (Torquemada´s style) y, más recientemente, el estilo Juancar. Nuestro preclaro regente constitucional ha sabido ganarse el afecto de propios y extraños haciendo uso de tres maniobras inéditas pero demoledoras:

> La "campechanía", es decir, dejarse rozar por el "pueblo llano" sin poner cara de asco y bromear con altos mandatarios como si fueran amiguetes del botellón.

> El viejo truco de hacerse el tonto, para parecer entrañable e inofensivo y que todos olviden quién le puso en el trono (sublimes resultados en la Infanta Elena y su Marichalar).

>Los rumores sobre la supuesta vida extraconyugal desenfrenada de Juancar con todo tipo de señoritas del mundo rosa, lo que le ha granjeado la simpatía del macho ibérico, capaz de ver así en el augusto Borbón a un prototipo perfecto de español de raza que, por encima de sus responsabilidades, sabe divertirse a la antigua usanza, a la más antigua de todas.

Sin embargo, como reza el dicho, no hay mal que cien años dure, y el truquito del decorativo rey bobo comienza a hacer aguas. Cuando reine Felipito, muy guapete pero un poco acartonao al gusto de la masa plebeya, ¿cómo garantizará la Corona su futuro? ¿Qué zanahoria atarán al palo del burro España para que siga tirando del carro y alimentando a parásitos de sangre azul? Ayer mismo, Letizia I, la Sugerente, nos mostró la nueva arma regia para seducir a los súbditos más jóvenes:

¿Cuántos jovenzuelos habrán descubierto en estas imágenes el primer escozor de la pubertad? ¿Cuántos habrán incluído a la Princesa en sus más tórridas fantasías? ¿Cuántos se lo habrán puesto de fondo de pantalla del móvil? Una vez más, la sangre azul impone su elevado sentido de la estategia sociológica. En un mundo que se convulsiona al son de los pecaminosos acordes del reggaeton, en el que el sexo duro se encuentra en cada esquina, la monarquía ha conseguido invadir el último espacio privado de sus siervos. Ya ni pajas nos podemos hacer tranquilos.

Dudas para terminar: ¿Acabaré en el talego por esto? ¿Es un conjunto color carne para abuelas o unas inocentes braguitas blancas estilo Chicho Terremo? ¿Para cuándo un posado en condiciones en la Interviú?

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