V tiene un plan

V tiene un plan... que no sabe a dónde le lleva. No sabe si es bueno o malo, sólo recuerda que le vino a la mente mientras chupeteaba picapica, un mítico Fresquito de los de toda la vida. V tiene un plan, como iba diciendo, y está decidido a seguirlo al pié de la letra. Primera fase: recuperar las viejas cosas sencillas que, como el Fresquito, han ido quedando atrás.
¿Siguiente paso? Buena pregunta... ya os enterareis si os portais bien.

doce esquecemento


... so if you don´t like my fire
then don´t come around
'cause I'm gonna burn one down ...




La memoria es inconvenientemente caprichosa. Atraviesas miles de vidas trazando el camino de la tuya propia y, de una manera totalmente caótica, tan sólo puedes conservar pequeños fragmentos inconexos que escriben una historia que no se parece demasiado a la que hubieses deseado protagonizar.

Muy pocos de los recuerdos que llevas cosidos a las piel son realmente buenos. La mayor parte de los fantasmas que llevamos siempre encima son puro remordimiento, frustración, dolor o simplemente pena. Es el lastre que simplemente no puedes achicar. Los otros, los momentos que sin duda merece la pena preservar del olvido, deberían ser totalmente electivos, poder simplemente decir: “no te mereces un segundo más de mi vida, si he tener algún buen recuerdo, que no sea tuyo”.

Las máquinas tienen suerte de poder formatearse y olvidar. Nosotros, raza maldita de Sísifo, estamos condenados a recordar con dolor lo que realmente quisimos, condenados al bucle cíclico de desear-tener-perder-añorar. Esa es mi nueva meta, romper el círculo vicioso y empezar a describir mi propia órbita elíptica y poder simplemente vagar. Ser dueño del olvido, el dulce y analgésico esquecemento. Tan sólo wandering, perderse y no volver a mirar atrás.

sometimes salvation by stéphane sednaoui



Puede que esta canción sea una de mis debilidades, pero, de cualquier modo, este videoclip de 1992 es historia. Su director, el francés Stéphane Sednaoui, es uno de los más grandes creadores de videoclips de los últimos tiempos, responsable de "Give it away", "Scar tissue" o "Around the world" de los Red Hot o de "Today" de Smashing Pumpkins. Sofia Coppola, antes de la tercera parte de El Padrino y muchísimo antes de Lost in Translation, es la antiheroína de nuestra historia. De los Black Crowes, nada que añadir.

... so don´t you surrender
´cause sometimes salvation
in the eye of the storm ...

what is and what should never be

Everybody I know seems to know me well
but does anybody know I'm gonna move like hell,
they're never gonna know cause I move like hell...


Antroido dousmilsete. A antiluxuria viste chapeo vaqueiro e tanga de fío letal. Ás veces recurrir ós clásicos é un bo punto de partida para perder todo de vista e albiscar durante un intre cómo se vive sen sentir mágoa nin medo. Só hai que sacar un chisquiño a pasear ó pequeno fillo de puta que nos proe nas entrañas, escoller unha máscara e esquecer ó que se agocha tras dela. Despois, cando cansen os cantos bébedos e sequen as gorxas, haberá tempo abondo para lembrar o camiño de volta ó amargo fogar. Soa de fondo, coma fogo cruzado, o himno de tódalas derrotas.

I'm feeling lonely, I can't breathe
Fell to pieces and I'm still falling
All alone I fall to pieces

Porén, desta vez, aínda que só sexa por esta vez, o pequeno fillo de puta durmiu sorrindo. Todos temos dereito a non ser nós mesmos de cando en cando.

Comedia negra

El humor negro podría definirse como el irrefrenable impulso humano de satirizar la desgracia ajena. No es apto para todos los públicos, no contenta a todos los paladares, pero nadie es ajeno al encanto de lo ácido y lo extremo. El cinismo elevado a la categoría de las bellas artes.


La comedia negra se apoya en lo más siniestro de nuestra humanidad para hacernos sonreír ante la adversidad. Su tono inquietante y subversivo corroe los valores establecidos con altas dosis de ironía y mala leche. Sus escenarios favoritos: la muerte, la enfermedad, el sexo, los tabúes vistos a través de la mirada irreverente del sarcasmo.

La vida es un enorme escenario del humor negro. Ante una realidad sórdida y gris, nuestras pequeñas vidas serían mucho más mediocres si no pudiésemos reírnos de vez en cuando del absurdo que nos rodea. Esa es nuestra pequeña venganza, la sonrisa amarga.

Me and Mr. Johnson

Missisippi, años treinta. Un joven negro vestido de traje carga una vieja funda Gibson en plena noche. Allí mismo, en el cruce de las autopistas 49 y 61, Robert Johnson le pidió al diablo que le enseñara a tocar la guitarra.




Robert Leroy Johnson, uno de los padres del auténtico blues del Delta, vendió su alma para tocar como el mismo diablo. Apenas un veinteañero, consiguió ser el músico favorito de las fiestas del sábado noche, donde se bebía whisky ilegal, se alternaba con mujeres dudosas y se convertían los cánticos espirituales en puro blues.

La historia del bluesman maldito siempre ha existido al filo de la leyenda. No se sabe con certeza en que fecha vino al mundo, ni si era mayor de edad al enterrar a su mujer y a su hijo recién nacido. Sólo sabemos que cuando el viejo maestro Son House le vio tocar por primera vez, el diablo tocaba blues a través de sus manos.

El trato ofrecía a Johnson ocho años de gloria como músico a cambio de la eternidad. Tuvo tiempo suficiente para crear escuela y para hacerse muchos enemigos. Su música enloquecía a los hombres y atrapaba a las mujeres. Una noche de 1938, en un garito polvoriento, Robert tocó y bebió con su estilo endiablado. Una mujer le acompañaba al terminar la fiesta. A la mañana siguiente, con tan sólo 27 años, el mejor bluesman de los primeros tiempos, amanecía muerto en su habitación.

De su muerte, como en toda buena historia, circulan muchas versiones. Sífilis, neumonía o quizás bourbon envenenado con estricnina por algún marido celoso. Hell hound on my trail, cantó poco antes de morir. De Robert Johnson sólo se conservan dos fotografías y cuarenta y dos canciones grabadas en la habitación de un hotel de Texas un año antes de morir. La leyenda de la música del diablo acababa de dar comienzo.

Big Empty



No es habitual. Lo sé. Sólo puedo deciros que la canción lo merece. Es uno de esos pedazos de pasado que te asaltan de improviso y te devuelven reflejos de tí mismo que ni recordabas. Stone Temple Pilots, finales de los noventa, lluvia, humo, hedonismo y angel dust. Brindemos, como en las grandes ocasiones, a la salud de los auténticos viejos tiempos.

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