Ayer se cumplieron setenta años del final de la Guerra Civil y lo cierto es que parece mentira. Aún se siguen desenterrando fosas comunes de cadáveres de prisioneros ejecutados en masa, mientras el general golpista y los suyos descansan en paz en un infame mausoleo. El Arco de Moncloa todavía saluda después de siete décadas el derrocamiento brutal de la primera experiencia democrática de nuestra historia. Algunas estatuas y placas conmemorativas han sido paulatinamente retiradas para evitar el bochorno, pero la derrota de la república nunca fue reparada. Los vencedores impusieron su bandera y eligieron al sucesor del dictador, perpetuando su memoria hasta nuestros días. Quizás sea porque no tuvimos un juicio de Nüremberg ni un proceso de desnazificación y el dictador murió en su cama. Se impuso el olvido de los campos de concentración, de la represión, del millón de presos políticos y los más de doscientos mil ejecutados. Tras los fastos de su victoria, fueron asesinadas cada día doscientas cincuenta personas en Madrid, ciento cincuenta en Barcelona y ochenta en Sevilla, según el testimonio del yerno de Mussolini, el conde Ciano, en su visita a España en julio de 1939. Después de cuarenta años de dictadura fascista y treinta de monarquía, la posguerra parece no haber terminado nunca. Todavía pesa la vergonzante herencia de la derrota de la república frente al fascismo. Basta salir a la calle y preguntar a cualquiera para comprobar que nuestro pasado todavía duele. Pero cada vez son menos los que brindan brazo en alto cada primero de abril y cada dieciocho de julio, aunque persistan las banderas de su glorioso alzamiento en manifestaciones reaccionarias y en los fondos de los estadios. Para que nunca vuelva a repetirse la historia, no debemos olvidar que hace setenta años, cautiva y desarmada la libertad, quedamos a merced de su barbarie.
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2 divagando:
Lo que hay que hacer es prohibir manifestaciones y grupúsculos neofascistas, como el que marchó este pasado fin se demana por las calles vallecanas. Por supuesto que todo el mundo es libre de manfestarse por donde quiera, al menos en teoría, pero seammos serios, una marcha neonazi por Vallecas? es que alguien piensa que no se va a liar? dimisiones d elos que permitieron la manifestación ya.
En ocasiones [las más] la historia aunque duela, joda y enrabiete tiene que ser respetada.
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