Mordazas de año nuevo


2009 parece que tampoco va a ser el año mundial de la libertad de prensa. Su antecesor terminó con un horrible aviso mafioso a la televisión vasca ETB y con 1.000 periodistas más en el paro, entre los que me encuentro. Sesenta periodistas fueron asesinados, catorce de ellos en Irak, siete en Pakistán, seis en Filipinas, pero también dos en Croacia, uno en Bulgaria, Magomed Yevloyev a manos del gobierno ruso o Fadel Shanaa reventado por un tanque israelí en Gaza. No fue un mal año, teniendo en cuenta que el anterior cayeron ochenta y siete. Mientras, otros ciento cuarenta y siete se siguen pudriendo en las cárceles de medio mundo por ejercer su trabajo. En esa lista no figura Muntazer Al Zaidi, aún en prisión y sufriendo torturas en plena democracia. El acoso a la prensa reviste formas diversas, desde la represión china o birmana al pistolerismo ruso o mexicano, incluso en la Unión Europea. La mismísima Suecia acaba de establecer por ley el acceso gubernamental a cualquier comunicación telefónica o digital. Cepo orwelliano en el Norte, tiro en la nuca o tortura en el Sur.


2009 ha comenzado con la buena noticia de la liberación en Somalia del fotógrafo gallego José Cendón y el reportero ingles Colin Freemon tras cuarenta días de cautiverio. Informar desde la región más inestable de África, el Puntland de los piratas modernos, cuesta un buen rescate, cuando no la vida. Menos suerte corren los compañeros en Palestina. Israel, no contenta con el cruel asedio disfrazado de apartheid al que ha sometido a Gaza desde hace más de cuatro años, impide el paso de ayuda humanitaria y periodistas independientes a la zona. Sólo quedan las voces de los reporteros árabes que ya estaban allí antes del conflicto y se juegan el cuello para enseñar al mundo la realidad de la barbarie. Nadie sabe que pasará con ellos cuando Israel tome definitivamente Rafah, Yan Yunes o la ciudad de Gaza. Lo que está claro es que los invasores elegirán presidente al que luzca más orejas palestinas colgadas del cuello. Y si el mundo mira a otra parte, no será porque falten compañeros dispuestos a dejarse la vida informando.

انتفاضة

1 divagando:

dtordable disse...

En mi programa entrevistamos a Cendón y el tío estaba como loco por volver para informar. Eso es profesionalidad y pasión por la información. Aunque estés en el paro, por lo menos nadie te calla. Eso es bueno.

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