Breve apunte


Llegó el cuarto de siglo, de la mano de un medio año asomado al umbral de todas las efemérides. Nueve mil ciento veinticinco días. ¿Empiezan a pesar las espaldas o es sólo el poso vital? Acelera su rítmico desgranar de horas, desapareciendo entre mis dedos como si fuese niebla. Búscame en las alturas, intentando detener el curso de la marea. Podemos volver a empezar de nuevo como si no hubiese veinticinco años detrás, o medio año en seis hojas de calendario de lastre. No soy fácil, pero tampoco soy predecible, así que vamos juntos en busca de ese lugar entre ambas orillas donde se encienden nuestras alarmas. Clavaré mis dientes en el filo de tu garganta, susurrandote impertinencias hasta que te atrevas a pedírmelo educadamente. Esta vez, no soy el único que no va a rendirse sin pelear.

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