Arqueólogos, saqueadores y majarajás

En India, un grupo de investigadores y de bomberos encontraron el sábado pasado un tesoro escondido en las bóvedas subterráneas del templo hindú de Sree Padmanabhaswamy, cercano a la ciudad malabar de Kerala. Estatuas de oro macizo, toneladas de joyas suntuosas y cientos de piedras preciosas ocupan una cueva oculta en el panteón de los antiguos majarajás de la región. Se trata de uno de los mayores tesoros hayados por el hombre, algo más apropiado para una novela de Verne que en la cruda realidad india. Las autoridades del Estado de Kerala, feudo tradicional de la izquierda laica hasta las elecciones de mayo, han desplegado a la policía y a varias unidades del ejército para evitar el saqueo de esta reciente riqueza, valorada por la agencia Reuters en cerca de 12.000 millones de euros. Detectores de metales, cámaras y patrullas armadas con largas porras protegen ahora el santuario, que ha guardado durante cinco siglos su secreto.


El problema fundamental de encontrar un tesoro, según el gobierno local, no reside en su búsqueda, sino más bien en el segundo después del hallazgo. El estado federal indio es dueño de la mayor parte de los templos del país, en parte para preservar el patrimonio milenario pero también para sacar más rendimiento del turismo. Sin embargo, este templo en concreto alberga la cripta de los reyes de Travancore, uno de tantos estados títeres en los que los británicos delegaban el gobierno de su vasto imperio. Por ello, los dueños del templo son los descendientes del último majarajá, que todavía ostentan su título en el seno de la democracia más poblada del mundo. Nueva Delhi ya ha puesto a trabajar a los jueces del Supremo para mantener el tesoro, mientras en Kerala algunas voces ya hablan de emplearlo para mejorar la vida de sus habitantes. Según las agencias, una masa enfurecida atacó la casa de un activista que propuso que se emplease para financiar mejoras sociales, sanitarias y culturales en la región. Nadie sabe si actuaron movidos por sectarismo religioso o por la ambición del heredero del rey cipayo, Uthradom Thirunal, gobernante sin poder de facto de una monarquía largo tiempo abolida.


India es lugar de contrastes. Uno de los países más ricos del mundo en población y recursos que se muere constantemente de hambre. Una de las democracias más estables de la región, pese a los tres mártires de la familia Gandhi. Uno de los países más poblados y sociológicamente más diversos, pero acostumbrado a los conflictos religiosos y étnicos. Un centro crucial para la investigación científica, aunque en él pervivan atávicos sistemas de casta. Puede suceder de todo con ese tesoro, aunque lo más improbable es que termine convertido en carreteras, hospitales o escuelas. Hay quien ha propuesto cobrarse los desequilibrios financieros de países menos pintorescos, como Grecia o Italia, expoliando su riqueza artística o natural. Dinero llama a dinero y, tras él, vienen un montón de bastardos.

0 divagando:

top