Un día, el que menos te lo esperes, te darás cuenta de todo lo que ya has recorrido. Aún hay tanto que hacer, y sin embargo, cada vez son más los recuerdos que merece la pena rescatar. Crece la sensación de dirigirse hacia algo concreto, algo deseado, y, de la misma manera, se hacen más importantes los pasos dados, sus escenarios, sus protagonistas y sus personajes secundarios. No me importa si suena tópico, es la única descripción honesta. He aprendido a valorar lo pequeño, a atesorar lo fugaz, a tirar de anecdotario, a correr riesgos sin calcular probabilidades y a no dar nada por sentado. Es mejor así. Hay victorias memorables, regates ajustados y pérdidas irreemplazables, pero ninguna derrota. Paso a paso, dibujando una trayectoria errática que narra la historia que quiero contar. Ya no moriré con la edad de Hendrix y me convencí de que puedo llegar a donde quiero. Sé que suena autosuficiente, pero no voy a negar que sí, mi vida me hace feliz. Trabajito que me cuesta, todo sea dicho de paso, pero las cicatrices y la compañía merecen la pena. Todo esto merece la pena. Doy gracias por ello y me sirve para apretar más fuerte y atreverme más allá. Sé que este no es mi discurso habitual, pero, de cuando en vez, tenéis que permitirme que me marque algo diferente. A fin de cuentas, hoy es mi día.
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1 divagando:
Varel, de vez en cuando me paseo por aquí y justo hoy ha tocado. Me ha encantado leer esto, no sabes lo que me ha alegrado leerte así en un día un poco mierder, todo sea dicho.
Almu
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