Traficando con verdades

 

Corren malos tiempos para los medios de comunicación, no es ninguna novedad. La concentración de grupos de prensa y su alineamiento con determinados intereses está teniendo efecto tanto en la profesión como en la opinión pública, si es que todavía existe algo público en estos días. El problema del periodismo no empieza en la base, sino en las altuas de los despachos de la gran empresa. Grupos de comunicación cada vez más grandes aprovechan medios cada vez más universales e inmediatos para difundir información sesgada y de escasa calidad. Sus conglomerados empresariales abarcan demasiados intereses para prestar atención a cualquier fin social de la comunicación, centrándose en lo único que saben hacer bien, generar beneficios. Se comercializan noticias sensacionalistas que atraigan más público, se pone el acento en la presentación más que en el contenido y se resta valor al trabajo periodístico. ¿Cómo? Ofreciendo condiciones laborales miserables a los profesionales mejor formados y primando a aquellos que ponen precio a su ética para defender intereses espúreos. Una generación entera de periodistas que hablan tres o cuatro idiomas con fluidez, que han destacado en sus carreras y postgrados y que se han sacrificado para adquirir experiencia se encuentra en su mayoría en el paro. 


Los más afortunados, por decir algo, se conforman con cobrar salarios miserables en medios en los que una turba de directivos, de esos que nadie sabe qué aportan o para qué sirven, decide sin ningún criterio cuál es el interés general. Esos traficantes de medias verdades que dirigen y coordinan nuestros medios son los responsables de que, en la época de mayor avance cultural y mayor libertad personal de nuestra civilización, nuestros medios hayan decidido imponer la mediocre telebasura. Sus estrategias económicas que sirven para vender armas o refrescos en serie están haciendo imposible el derecho a informar. Pero tranquilos, que esto no saldrá en ninguna de sus portadas, ni en la ultraderecha rampante ni en los inexistentes medios críticos. Han conseguido, de una vez y por todas, convertir al mensajero en cómplice de la imbecílidad a gran escala. No compren el periódico, el periódico está comprado. Pero mejor que se lo explique alguien que sabe de lo que habla.

2 divagando:

Sito disse...

Qué jodido es escuchar verdades con tus palabras V...

Enric Draven disse...

Bueno V, gracias por exponerlo tan bien. Es así de dura y triste la realidad de la información que nos llega. Sesgada y manipulada. Nadie sabe nada, todo es sabido a medias mientras que algún que otro líder nacional/autonómico ensancha sus arcas y compra casas a pares.
El otro día leí en Internet que la hija de 24 años de un político de nuestro país compró hace un año, pagando a tocateja, un piso en el centro de la capital valorado en seiscientos mil euros.
Muchos no llegan a poder pagar su hipoteca, se censuran canales de televisión entre autonomías (TVCatalunya en valencia), por miedo de hacer sonar en el aire palabras como "Gürtel", y el caciquismo avanza con pasos agigantados gracias a un gobierno "socialista" que finanza los bancos (q nos robaron el dinero de las hipotecas) en lugar de tomar medidas de izquierda...

Pero no te preocupes V, ya ha llegado el mundial, y la roja pasará de cuartos. Eso es lo que importa, no?

Somos un grupo de corderos guiados por el lobo. Nos vamos a pique, cada vez temo más por todo.

salut V

Enric

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