Banqueros libertarios y constructores comunistas

Galeano escribió que en tiempos de crisis, los liberales se vuelven conservadores y los conservadores, fascistas. Sin embargo, su predicción ha saltado todos los ejes políticos imaginables. Como en Patas arriba, el mundo se mira en espejos obtusos que distorsionan la realidad hasta convertirla en una parodia de sí misma.
En tiempos de crisis, los banqueros y grandes empresarios abjuran en masa del laissez faire y el libre flujo de capitales. Señores, los capitalistas se nos han vuelto rojos. Hoy mismo, la patronal española reunida en torno a la CEOE ha pedido un paréntesis en la economía de libre mercado, pidiendo directamente al Gobierno una acción más intervencionista. En EEUU, uno de los países más estrictamente liberales del mundo, la Reserva Federal aplaca con fondos estatales las quiebras de bancos, subprymes y aseguradoras. ¿Qué será lo próximo? ¿Sonará La Internacional en las sesiones de apertura de Wall Street?


De vuelta en España, las réplicas de este seismo global amenazan con tumbar la obra social de las cajas, mientras sus dueños y los empresarios ligados a lo inmobiliario, lo urbanístico y lo hipotecario exigen dinero de las arcas del estado para que su caída no arrastre a toda la economía. Un enorme chantaje que cierra el círculo del ladrillo. Los créditos ICO financian ahora, en vez de a los jóvenes empresarios enrollaos de los anuncios, a los promotores de los marinad´or, los macrocampos de golf y poceros de diversas familias. Su codicia casposa y engominada nos ha arrastrado hasta una crisis económica que, además, ha dejado nuestro litoral e interiores poblados de enormes monumentos al feísmo urbanístico y el mal gusto a la hora de lucrarse.
Que los fondos públicos sirvan para pagar el desfalco de los "señores" del ladrillo es el colmo. Los inmobiliarios del pelotazo ven como el estado, este y todos, les rescata de su pesadilla a nuestra cuenta. Como siempre. Y les da igual si hay que suspender el libre mercado que les ha llenado los bolsillos, por que ha llegado la hora de hacer cuentas y ellos no van a sudar nada para devolver lo que se han llevado muerto. El Gobierno, todos ellos, fomentan las crisis alimentando su insaciable tendencia a la economía salvaje, esa que devora a sus crías.


En medio, el ciudadano no sabe a que santo encomendarse. Hace pocos meses, retrocedimos hasta 1917 con el acuerdo de la Unión Europea que va a permitir que cualquier trabajador sea obligado a cumplir una jornada laboral de hasta sesenta y cinco horas semanales, cinco horas más cada día de lo alcanzado por la Organización Internacional de los Trabajadores el año que cayeron los zares. Hace menos tiempo, en 1929, los arruinados del crack de la bolsa se arrojaban por las ventanas presa del pánico. Hoy, casi te los imaginas encendiéndose un puro mientras observan al estado del bienestar retirar fondos de educación, sanidad y apoyo social para engrosar sus arcas. ¿La historia anda hacia atrás o simplemente es, por mucho tiempo que pase, que nos toca perder siempre a los mismos? ¿Es que ni Lehman, ni Fannie Mae ni Morgan y Stanley van a tirarse por la ventana?
El liberalismo, ese de doña Esperanza -que ayer mismo privatizó el agua del grifo- y de ese locutor gangoso al que le volaron la rodilla, se revela en tiempos de crisis como el juego endiablado en el que prima no tener escrúpulos. Para que, como siempre, nosotros paguemos y ellos salven el culo.

2 divagando:

Raul disse...

Qué tiempos hace que no leía a Galeano. ¡Ni a ti, qué coño!

Vuelvo, tras mi periplo rural. Nos veremos prontito, V.

Raul disse...

Por cierto, me encanta la primera foto... tendríamos que hacernos camisetas con esos eslóganes (Capitalism Rocks! me ha encantado).

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