La elocuencia de la manipulación

Si por ellos fuera, moriríamos todos de SIDA. Si por ellos fuera, Dios nunca se separaría del poder. Si por ellos fuera, desde sus púlpitos se dictarían las leyes. Irán, Pakistán, Israel, Arabia Saudí o el Estado Vaticano. Sus banderas sólo son las del odio. Su propaganda es sucio proselitismo, apología de la mala conciencia. Y en esta falsa paz, su manipulación se filtra en las conciencias obtusas.

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