Fuego camina conmigo

Me levanta la resaca y me tumba, acto seguido, el sol de agosto. Acción, reacción. Empacho y sed. Permítanme que obvie el tema. Domingo en el que ni se duerme ni se descansa, mero preámbulo de otra semana trabajando en la sombra. Habrá que encender antorchas para iluminar mi camino. Entretanto, el calor derrite las sábanas conmigo dentro. Nadie en la calle sobre el asfalto volcánico, nada que hacer hasta la madrugada. No apetece vagabundear mientras treinta y cinco grados incendian las aceras. Habrá que envolverse en agua y encaramarse más alto en busca del viento, como las gárgolas. Empezó agosto y, una vez más, agosto quiere acabar conmigo.

1 divagando:

P disse...

La vida es esto. Prestémosle atención a los
detalles. Al calorcito humeante del pis, a sacar la basura, a viajar apretados
en colectivo. Si no disfrutamos eso, ¿qué nos queda?

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