

Sé que lo que voy a decir será puesto en duda ...




"Enrique Clemente: ¿Por qué le cuesta tanto al PP condenar el franquismo?
Jaime Mayor Oreja: Porque eso forma parte de la historia de España. Yo no lo he condenado, yo elogio y alabo la transición democrática. ¿Cómo voy a condenar lo que, sin duda, representaba a un sector muy amplio de españoles?
EC: Por esa misma lógica, tampoco condenará el nazismo o el estalinismo, porque muchos alemanes y soviéticos los apoyaron.
JMO: En la guerra hubo dos bandos y en el nazismo solo uno.
EC: En el franquismo solo hubo un bando que reprimía.
JMO: También hubo dos, porque el franquismo fue la consecuencia de una Guerra Civil en la que hubo dos bandos. No es lo mismo que el régimen nazi, donde había un solo verdugo.
EC: Entonces, dejando al margen la Ley de la Memoria Histórica, ¿no considera pertinente condenar el franquismo?



Y a tercer día, regresé. Los coches rondan sus raíles, diluyendo su ruido y sus luces en el anochecer irreversible del otoño a las puertas. Un vagabundo rebusca en mi basura mientras, cinco pisos por encima y con la mente flotando entre nubes, observo el devenir desde mi acantilado personal. Los ojos, en la fina línea que separa un punto del inmediatamente consecutivo muchos metros más abajo. V de vértigo, v de dulce vitriolo venenoso, v de viene la vida a trastocar su mórbido ir y venir de rutinas y entretiempos. Con un pié aquí y el otro… firmemente en cualquier otro sitio, de momento. Encaramado a mi balcón, con la mirada vagabundeando la calle, Stray Cat Blues de fondo y un nudo de humo en el pecho.
Na miña casa, pola noite, xa van tres días seguidos que se escoita o ruxido dos avións en voo rasante. Rasante demais, persistente demais. Neste intre, os seus motores rachan o ceo sobre a miña cabeza e as de milleiros de habitantes do centro de Madrid que compartimos o desacougo de vivir preto demais do Paseo do Prado como para seren despertados polos ensaios das acrobacias aéreas da súa Fiesta Patria. Bandeiras descomunais vencedoras de tódalas liortas, tralas que agochar a historia, tentando esparexer o esquecemento e mailo expolio. Por eso non estarei eiquí para asistir o seu festexo, na súa capital coronada de victorias cativas e amarguras cotiás. Que se aforren o seu sacar peito a máis gloria do seu orgullo nacional, da súa enorme patria que a todos invade, que todo o afoga. Que se aforren a súa vulgar exhibición de máquinas de matar. Na miña casa, pola noite, non quero xoldra no meu faiado. Na miña casa, pola noite, durme o seu sono unha razón ácrata.Copyright © 2009 V no pais dos placeres amargos
Desenho de Design Disease para Smashing Magazine | Templates Blogger por Blog and Web