Recién despierto. A veces es tan solo un edificio en ruinas, como el espacio que se interpone entre dos coordenadas de vacío, poco más que otro lugar al que no te dirigiría ningún mapa. A medio desperezarse, aturdido por lo que no ha podido pasar y por el recuerdo difuso de lo que, definitivamente, ha sucedido. Tan solo un extraño vistiendo la ropa de alguien, viviendo a través de la vida de otro, entre lo irreal y el vacío del que aparta la mirada.
A veces, se queda en silencio. Es entonces cuando la sensación se vuelve inaguantable y no hay tormenta que pueda acallarla. Podría ser otro comienzo, piensa, mientras sólo puede habitar ese cómodo "al margen" y esperar a cubierto, mientras se deja ir en esta levedad líquida, amniótica. Podría ser, solamente, que está loco.
2 divagando:
Vaya con los dos jinetes solitarios. Los dos amigos del silencio. Los dos locos y rebeldes.
Me alegro de verte por aquí, siempre fuera de los márgenes.
Un abrazo.
¿Acaso estar loco puede que no sea otro comienzo?. Que sería si no de todos esos lugares para los que nunca encontraremos mapa. Son la parte más íntima e inexplicable de nuestra historia, todos nuestros, aunque Duelan.
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