Dignidad


Esta mañana he leído una frase preocupante aunque muy reveladora. "Hay lucha de clases, pero es mi clase, la de los ricos, la que dirige la lucha, y nosotros ganamos". Quien firma la cita no es ni más ni menos que el multimillonario estadounidense Warren Buffett, el tercer hombre más rico del mundo y uno de los héroes mitológicos de los tiburones de las finanzas, que le conocen como "el oráculo de Omaha". Por suerte, ayer por la tarde, varios miles de desheredados salimos a la calle en cincuenta y dos ciudades de la Península a decir basta. Ya pasó en Atenas, Londres, París, Lisboa y ahora, en tu ciudad. Emocionante volver a la calle con la razón palpitando en el pecho y la verdad prendida en la garganta. Parados, subempleados, precarios, jubilados, hipotecados y demás parias exigiendo el derecho a pelear por un futuro digno, libres de usureros, corruptos y explotadores. Entre los convocantes, Democracia Real Ya, Juventud Sin Futuro, Attac y muchos otros. El sol estuvo de nuestra parte y nos sentimos multitud, no masa. Seríamos unos 20.000 y pico en Madrid, varios miles, según El País o El Mundo, decenas de miles para el Washington Post, una turba de violentos antisistema en La Gaceta. Las autoridades no se molestaron en dar números porque les asusta echar cuentas.


Poco importa cuántos fuimos, lo realmente grande fue ver dignidad a pie de calle. Ningún altercado, ningún capullo tirando botellas, sólo varias generaciones de tipos cabreados con el retroceso del bienestar, la sociedad civil y la democracia. Pasadas las nueve de la noche, los antidisturbios intentaron desalojar a los remolones que seguían en la Puerta del Sol. En lugar de responder a la provocación, la gente levantó las manos y se negó a moverse. Los policías no se atrevieron a cargar contra una multitud, que no masa, desarmada, desafiante y rodeada de cámaras filmando el plante a pocos metros del mismísimo Kilómetro Cero. Pidieron consejo por radio y se retiraron de la plaza entre aplausos y silbidos. Nunca había vivido algo así y espero no olvidarlo nunca. La prensa habla hoy de los escaparates que rompieron cuatro taraos, olvidando que la policía cargó previamente contra un grupo que cortó la Gran Vía pacíficamente para hacer una sentada. Ahora mismo, otra sentada continúa en la Puerta del Sol, alrededor del Oso y el Madroño. Es lógico, ayer los parias ganaron esa plaza con las manos desnudas. Ayer, los parias dieron un ligero golpe de timón para dejar de seguir perdiendo en la lucha que actualmente están ganando Warren Buffett y los de su clase. Mañana, quién dice que no podamos volver a tomar el Palacio de Invierno.

2 divagando:

Anónimo disse...

y esta vez, ya somos más de unos cientos

Anónimo disse...

Hermoso.
Adelante.

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