Política, frivolidad y rabia

Esta bella señorita en sujetador es, nada más y nada menos que la ministra finlandesa de Cultura, Tanja Kerpala, una ex-miss de 35 años. Poco que ver con la imagen acartonada y casposa de nuestros Zaplanas, Rubalcabas y Acebes, pero, más allá de ese par de tetas y esa mueca de barbie plastificada, ¿qué diferencia a esta damisela de sus colegas? Lo mismo que diferencia un gobierno conservador de uno liberal, nada en absoluto.

Día a día, en este simulacro totalitario que se empeñan en llamar democracia, todos y cada uno de los ciudadanos del "mundo libre", en sus versiones de primera, segunda y tercera clase, pueden comprobar sin apenas esfuerzo la magnitud de la falacia. Hablan de libertad, de representación de la voluntad ciudadana, pero en realidad los políticos y sus voceros saben que nada es cierto. Poco más que masa empujada a elegir entre dos o tres versiones de una misma mentira. No existe espacio para ninguna propuesta fuera del redil ideológico que impone un falso consenso, corrompido para poder ser utilizado como la más sutil forma de censura.

Podemos ver los hilos que manejan este guiñol de marionetas que representan ante nosotros, jugando con nuestros ideales, mercadeando con nuestros derechos. En este mundo libre, el derecho a la vivienda digna, al empleo digno, a la dignidad misma, no son más que derechos proscritos, libertades arrancadas con cloroformo para continuar el expolio que nos rige. Lo dijo Galeano, "cuanto más libres andan las corporaciones, más presa está la gente".

Su mentira tiene pechos de plástico y la sonrisa edulcorada, pero su mecanismo opresivo cada vez es más evidente. El palo y la zanahoria para hacer andar al burro. Policías y políticos, pistolas y demagogia para que las piezas perpetúen el engranaje. Mientras unos nos distraen con sus juegos de crispación, los otros nos vigilan escondidos tras las porras, esperando el momento en que echemos abajo el telón del teatro de la "normalidad democrática". Día a día, el mundo se vuelve más injusto y a los medios les resulta más difícil edulcorar el conflicto. Su mentira se resquebraja al mismo ritmo que se pertrechan las brigadas antidisturbios. Algún día reventará la rabia y sus pistoleros dejarán de dirigir el tráfico para volver a entrar a tiros en nuestros parlamentos. Hasta entonces, seguirá la rutina del pan y el circo.

8 divagando:

alZhu disse...

Cómo les gusta. Ya no saben qué inventar...

Interesante reflexión, V. Un abrazo.

Eva disse...

Pasaba a saludar
Abrazo

Ignis fatuus disse...

Sí, esconder eso detrás de un par de tetas, por muy... estilosas que sean sus formas, se convierte en un nuevo insulto (y más circo).
Todo debería estallar en algún momento, pero cómo...
Unha aperta,

Enric Draven disse...

Tienes toda la razón...
la letra de una cancion de un musico que me encanta dice "La felicidad es la zanahoria de los necios" :)

Saludos!

Enric
PD: pero creeme... yo cambiaria a zaplanas, rajoys, y todos los politicos inutiles por la tetona, porque aunque sea inutil, porlomenos es guapa...

E disse...

Vuelve al menos una vez al mes... es lo mínimo que se despacha. Anda.

Anónimo disse...

Fdez. de la Vega hace más por ser bella.

yomismo disse...

Muy bueno el post, pero NO VOY A COMENTAR ABSOLUTAMENTE NADA SOBRE ALGÚN COMENTARIO MACHISTA QUE ME PRECEDE.
Te dejo con un texto de Regás que leí en otro post y me encantó.
Saludos

" A veces pasan años sin que nada ocurra. El entorno se transforma tan lenta y pesadamente en el devenir oprimido de los días que nos da la impresión de que harían falta siglos para que se produjera el cambio: se palpa la inmovilidad en el aire y en las infinitas motas de polvo sostenidas en él, el silencio adquiere la densidad de la arena y una extraña seguridad se afianza a nuestro alrededor y nos convence de que es inamovible y eterna.
Pero basta tan sólo un pequeño acontecimiento apenas perceptible para desencadenar una vorágine de profundas transformaciones, del mismo modo que se desmorona una estructura al retirar el andamio o provoca un alud la caída de un guijarro, dejando al descubierto el acceso a un ámbito encantado, utópico un instante antes, y liberando al mismo tiempo los escorpiones y las cucarachas ocultos hasta ayer. Y comenzamos a comprender entonces que no son ni el guijarro ni el andamio los principales responsables del cambio, sino esos escorpiones y cucarachas que iniciaron su andadura un día lejano que parecía olvidado. Y aunque nos devoran la fe y el coraje recuperados, intentamos comprender la alteración que ha sucedido al desastre cuya secuela más brutal somos nosotros, y nos miramos con el asombro con que se contempla un ser esencialmente distinto, como se enfrenta al espejo el hombre que amanece con el cabello blanco después de una noche de angustia o la libélula deja tras de sí la oruga que fue ayer ..."


( Rosa Regás : " El valor de la protesta

kay disse...

se hace sabeeeeer! que quiero la url de tu programa de radio!
besos!

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