No llamen a mi puerta

Hoy no tengo ganas de gritar, como de costumbre, tengo ganas de callarme, sentarme en una esquina y hacerme un ovillo de pena, odio y amargura. He descubierto que no sirvo para este mundo de mierda en el que, a menudo, todo se alía para zancadillearte y, cuando ya estás en el suelo, hundirte la cara en el barro. Nada sale bien cuando existe una sola posibilidad de que sea nefasto.
Lo siento. Digo basta, no quiero seguir adelante como si nada hubiese pasado ni revolcarme en la compasión. No quiero nada. Sólo silencio y poder sentirme solo y a disgusto. Estoy harto de recorrerme las calles de esta ciudad triste y mezquina buscando respuestas. Harto de que me afecte tanto lo que no es mío. Harto de recibir silencio, ni siquiera gritos ni portazos.Harto de buscar en los demás lo que no encontraré jamás en nadie. Harto de darme cuenta de que, en el fondo, sólo soy uno más, tan gris y desagradable como el resto del rebaño. Harto de sentirme vacío, eso es, V de Vacío.
Necesito una patera para huir del país de los placeres amargos.

7 divagando:

T. disse...

Al menos siempre nos quedarán las palabras de Proust:

'No me empeñaba sólo en sufrir, sino también en respetar la originalidad de mi sufrimiento.'

Ánimo. Ojalá lloviera también esta noche.

El chico desenfocado disse...

Empatía, repito. Te parafrasearía, pero no es mi estilo. Vamos a revolcarnos en el fango como dos cochinos y ya mañana, si eso, nos duchamos.

El chico desenfocado disse...
Este comentário foi removido por um gestor do blogue.
Anónimo disse...

Ayer leí esto y me acordé de ti.Pensé que a lo mejor te gustaría:
"Mis certezas desayunan dudas. Y hay días en que me siento extranjero en Montevideo y en cualquier otra parte. En esos días, días sin sol, noches sin luna, ningún lugar es mi lugar y no consigo reconocerme en nada ni en nadie. Las palabras no se parecen a lo que nombran y ni siquiera se parecen a su propio sonido. Entonces no estoy donde estoy. Dejo mi cuerpo y me voy, lejos, a ninguna parte, y no quiero estar con nadie, ni siquiera conmigo, y no tengo ganas de tener, nombre ninguno: entonces pierdo las ganas de llamarme o ser llamado."

La pálida, de E.Galeano

Anónimo disse...

De la escuela militar del vivir: lo que no me destruye me hace más fuerte.
(Alemán, cómo no)
Mira a tu lado...

she is like a rainbow disse...

hi!

creo que e pasado por algo asi,algo sercano, de sentirse mal con uno mismo y todo eso...


y claro que disfruto el teen spirit de kurt:]


saludos

kay disse...

Bien. Es increíble, aunque siempre es lo mismo, siempre cada día, darse cuenta de cómo los sentimientos siempre son universales, y las historias las mismas aunque cambies de escenario. Describes lo que otros describieron como canciones tristes después de caer una y mil veces en todos los desniveles de una calle angosta llega de charcos... Siempre se cae de nuevo. A veces se sale, otras no. Pero no tiene mucho sentido perder el pulso siempre por sistema al día ¿verdad? pienso como tú, y estos días, también me siento parecido. No es consuelo, porque no somos tontos. Pero ahí queda. Ánimo es una palabra demasiado fácil y sin embargo, es

top