Ayer tuvo lugar la cacareada marcha contra la negociación con ETA, orquestada por el PP y voceada por los medios afines (La Razón, ABC y Ahora, ese siniestro panfleto ultra). La plana mayor del Partido Popular y José María Aznar fueron recibidos con algarabía por la masa congregada. Durante la manifestación, en la que participaron entre 250.000 personas y un millón, según las fuentes, fueron agredidos los miembros de una unidad móvil de Canal Castilla-La Mancha, golpeados al grito de "asesinos, terroristas". Tele5 y la SER también fueron increpados. ¿Realmente no fue un acto politizado?
Durante toda la semana, los medios afines a la derecha han calentado motores para la marcha del sábado. Algunos, como el gratuíto Ahora, haciendo uso de titulares incendiarios y dando ejemplo de lo que es una información parcial y cortada por un patrón político claro. "El Gobierno contra las víctimas", "elegir entre Zapatero o las víctimas" o "no a la negociación inmoral", son sólo algunos ejemplos. Por otra parte, el brazo mediático del PP lanzaba sus dardos contra Peces Barba, Pilar Manjón o Esteban Ibarra por no secundar esta manifestación claramente teñida de intereses políticos.
Los insultos de "asesino" o "terrorista", con los que ayer se acusó a los medios y el Gobierno, hablan por sí solos del nivel de fanatización de un sector importante de los manifestantes, más preocupados de atacar a Zapatero que de protestar contra el terrorismo etarra. Sale así a la luz el verdadero propósito de dicha marcha, que no es otro que ensalzar a los alicaídos populares. Con Aznar y Rajoy recibidos ambos a gritos de "presidente, presidente", muchos manifestantes (confío en que fuese una minoría) dejaron claro el servicio que venían a prestar a sus líderes, no a las víctimas.
Muchas caras conocidas (todos ellos exgubernamentales pasados a regañadientes a la oposición), muchos "demócratas", mucha bandera española y mucho espíritu de combate contra "el gobierno que nos lleva de vuelta a 1936". ¿Quién agita esta vez las banderas del odio? Una vez más, la violencia volvió a surgir en una concentración de este tipo. Los violentos, amparados en una masa a veces cómplice, aprovecharon otra vez la excusa de la víctimas para agredir a quien les molesta. Hace unos meses fue Bono, ahora han sido los periodistas de Canal Castilla-La Mancha, Televisión Española, Tele5 y Cadena SER. Puede que no se den cuenta que atacando a los medios sólo consiguen dejar ver su lado menos demócrata, el más cercano a la barbarie contra la que protestan.
Atacando a la libertad de información, nos atacan a todos. Las agresiones a periodistas en el ejercicio de su labor comienza a ser una peligrosa constante que sólo nos conduce de vuelta a los viejos tiempos en que no todo podía decirse. Un periodista no sólo es un trabajador, representa los ojos y los oídos de la opinión pública allí donde suceden los hechos y si se le agrede, se nos está agrediendo a todos.
No comparto la negativa a la negociación que se exigió ayer en Madrid, pero la respeto. Lo realmente negativo de esta marcha no fue lo que se pedía, sino la politización del sufrimiento de las víctimas por parte de la oposición y la violencia de la minoría contra los desafectos a sus dogmas. Si se siguen amparando esta clase de comportamientos en este tipo de protestas, se seguirá abriendo la brecha que nos separa a todos los que no empuñamos una pistola para atacar con nuestras ideas.
Escrito por Varela. Añadido por Varela a 05 Jun 2005 en LibrePensadores.com
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