Los que me conocéis ya sabéis de mi gusto por las series, sean de la HBO o de Showtime, de la BBC o de Channel 4, de David, apellídese Simon o Chase, de los chavales de Malviviendo o de los de Qué vida más triste. No suelo hablar de ello aquí, salvo alguna que otra excepción, porque ya fui crítico audiovisual una vez y no van por ahí mis caminos. No tengo un criterio mínimamente estándar, no entiendo qué significa lo comercial y tampoco pretendo dar lecciones de lo que no sé, pero, animado por personajes como Tordable, he decidido añadir alguna reseña que otra de las series que pueblan mi pantalla y duermen en mi disco duro. Ante cualquier discrepancia, me remito al subtítulo de este blog.
Ayer vi, tras media hora escasa de descarga ilegal, el primer capítulo de la nueva gran serie pregonada por los medios: "The Pacific". Las perspectivas eran buenas, ya que llega avalada por un presupuesto desorbitado de 2.000 millones de dólares, por el pedigrí de su tándem creador, Steven Spielberg y Tom Hanks, y por la etiqueta de ofrecer "la otra cara de la guerra". En su sinopsis, se nos cuenta que los diez capítulos de la miniserie ofrecen la visión de la guerra entre EEUU y el imperio japonés entre Pearl Harbor y las bombas de Hiroshima, narrada a través de tres soldados en el papel de personajes principales. Según sus creadores, "The Pacific" busca ofrecer una perspectiva diferente de la Segunda Guerra Mundial, comparando la motivación y el heroísmo de sus protagonistas con los de conflictos actuales como los de Irak o Afganistán. Y ahí está el error. No porque establezca paralelismos que nos acerquen desde un punto de vista medianamente creíble al día a día de un marine en Guadalcanal, sino precisamente por incumplir desde el inicio esta premisa. Me explico.
Al enfrentarme a este piloto, el más caro de la historia, admito que tuve prejuicios. No me parecen gran cosa las anteriores incursiones en lo bélico del dúo Spielberg-Hanks, tanto en la gran pantalla con "Salvad al Soldado Ryan" como en la pequeña con "Band of Brothers", de la que bebe en gran medida esta nueva miniserie. Mi gran objeción respecto a esta producción es casi la misma que se le puede poner a cualquier cinta bélica estadounidense, en este caso con más motivo, dado que se vende bajo la manida etiqueta de "otro rollo". No es un problema de cásting, en el que destaca el niño repelente de Jurassic Park en el papel de recluta, ni de fotografía, ni de medios o de fluidez narrativa. Es un problema de guión. Cuando un creador estadounidense topa con el tema de hablar del ejército de su país en situación de guerra, cae invariablemente en una serie ordenada y cadenciosa de clichés y lugares comunes que podemos encontrar en libretos tan dispares como "Doce del patíbulo", "El sargento de hierro" o incluso la repulsiva "Pearl Harbor". La inocente certeza del soldado que se enrola sin pensarlo dos veces, la mala bestia del batallón, las dudas del héroe cotidiano, la constante batalla con la burocracia, la humanización superficial del enemigo, el oficial incompetente y el que se lo curra por sus soldados, el discursito con bandera de fondo, barras y estrellas por doquier... todos y cada uno de estos topicazos se dan en este piloto, como era de esperar y se negaron a adelantarnos.
Pero aquí quería yo llegar. Acabo de asegurar con rotundidad que todas las producciones yankis protagonizadas por su ejército son iguales. Miento, y no porque me refiere al casposísmo senil de JAG o NCIS. Existe una pequeña pero notable excepción que justifica esta recomendación de la casa. Me refiero a "Generation Kill", otra miniserie bélica de HBO dedicada a uno de los batallones de Tierra que invadieron Irak en 2003 y a un periodista de la Rolling Stone empotrado en la unidad. En principio, no me ofrecía mayor lustre que las demás, dados su lugar de origen y el hecho de que trate una guerra detestada que también perdí de alguna manera. Pero olvidé daros la clave. Su creador es el ya citado David Simon, creador de la magistral "The Wire" y compañero de profesión, un hombre capaz de transformar para siempre el género policíaco. Pero no os voy a decir más, ni de sus críticas al conflicto, ni de su semblanza sociológica del recluta medio ni tampoco de la fluidez vertiginosa de unos diálogos que destilan realidad y cinismo. El resto lo descubriréis vosotros, si os apetece. Luego, podréis atreveros a defender que miento.
4 divagando:
Varias cosas tengo que decir. Primera que me parece que los adjetivos que has empleado para calificar a Pearl Harbour y Generation Kill son muy acertados.
Segundo, y sin haber visto la serie de The Pacific aún, creo que es casi inevitable que una superproducción estadounidense sea crítica con su ejército. Y más hablando sobre un conflicto bélico.
Tercero: que grande es el creador de The Wire, Generation Kill y The Corner. El tipo estrena próximamente una miniserie sobre Nueva Orleans después del huracán Katrina. Supongo que vistas sus otras obras no nos decepcionará. Será crítica con lo que se merezca ser criticado.
Me mola mucho el nuevo diseño de tu blog.
precisamente, de lo que me quejo es de que esa crítica es impostada, una mera excusa para envolverse en la bandera y afirmar el heroísmo sencillo y simplista de este tipo de bodrios.
David Simon es dios y Jimmy McNulty es su profeta.
Liebre! Le he empezado a meter caña a tu blog y debo decir que...ME ENCANTA! Opino de lo que sé, así que no puedo estar más de acuerdo con tu crítica sobre las series americanas:
Hemos llegado a un punto en que cualquier cosa que llegue de HBO, Showtime o similares DEBE ser bueno, en un marquismo que hasta la fecha no existía en el sector audiovisual (jamás dirías que una película es buena porque la haga Universal Pictures) y que, en muchas ocasiones, es sobredimensionado. A rebufo de series como Los Soprano - y su impresionante final, destinado a los anales de la historia del audiovisual y que debería ser materia de estudio en las facultades de Comunicación Audiovisual - nos intentan colar que cualquier cosa que llegue ahora de esas productoras tiene que ser la última revolución en series de TV y, sobretodo, ser un producto de una calidad incuestionable. Y luego me canso de ver series que no consigo comprender por dónde me deberían enganchar y ahí entra, efectivamente el guión. También traté de ver "The Pacific" el otro día, más por curiosidad que por emoción, y me llevé la misma sensación: todo lo que ahí veía ya lo había visto en otros lugares (comunes) y al cabo de 20 minutos decidí dedicar mi tiempo a actividades más productivas que tratar de comprender porqué Spielberg sigue queriendo contarnos historietas de tebeo sobre valores yanquis. Sinceramente prefiero cuando ahonda en los conflictos familiares que tanto le han obsesionado a lo largo de su carrera.
En cambio, Generation Kill me pareció, efectivamente, maravillosa. El guión es muy interesante, el ritmo está muy bien conseguido, la fotografía te transporta directamente a Iraq (creo que se rodó en EEUU), pero sobretodo muestra esa guerra con unas dosis de realismo impresionantes. Además, hay un elemento que me parecé clave: la ausencia de esa mirada exterior sobre el conflicto, si acaso representada por el reportero de Rolling Stone. Incluso en las joyas más o menos recientes del género bélico - por poner tres ejemplos: La Chaqueta Metálica, Platoon y La Delgada Línea Roja - siempre existe esa figura protagonista del indivíduo que se encuentra casi contra su voluntad y en contra de sus valores, inmerso en el infierno de la guerra. En esta serie no, son marines y están ahí para eso, sin que desde luego eso les convierta en héroes ni se comporten como tales. En esta línea de realismo histórico reciente, aconsejo sin dudarlo "House of Saddam" (HBO y BBC), que también me pareció una serie soberbia.
Y aquí termina mi crítica, porque si no tendré que abrirme un blog propio en breves...
Por cierto, en relación a tu última entrada en el blog, yo tb escribo esto desde mi lugar de trabajo.
Órdg
Liebre! Le he empezado a meter caña a tu blog y debo decir que...ME ENCANTA! Opino de lo que sé, así que no puedo estar más de acuerdo con tu crítica sobre las series americanas:
Hemos llegado a un punto en que cualquier cosa que llegue de HBO, Showtime o similares DEBE ser bueno, en un marquismo que hasta la fecha no existía en el sector audiovisual (jamás dirías que una película es buena porque la haga Universal Pictures) y que, en muchas ocasiones, es sobredimensionado. A rebufo de series como Los Soprano - y su impresionante final, destinado a los anales de la historia del audiovisual y que debería ser materia de estudio en las facultades de Comunicación Audiovisual - nos intentan colar que cualquier cosa que llegue ahora de esas productoras tiene que ser la última revolución en series de TV y, sobretodo, ser un producto de una calidad incuestionable. Y luego me canso de ver series que no consigo comprender por dónde me deberían enganchar y ahí entra, efectivamente el guión. También traté de ver "The Pacific" el otro día, más por curiosidad que por emoción, y me llevé la misma sensación: todo lo que ahí veía ya lo había visto en otros lugares (comunes) y al cabo de 20 minutos decidí dedicar mi tiempo a actividades más productivas que tratar de comprender porqué Spielberg sigue queriendo contarnos historietas de tebeo sobre valores yanquis. Sinceramente prefiero cuando ahonda en los conflictos familiares que tanto le han obsesionado a lo largo de su carrera.
En cambio, Generation Kill me pareció, efectivamente, maravillosa. El guión es muy interesante, el ritmo está muy bien conseguido, la fotografía te transporta directamente a Iraq (creo que se rodó en EEUU), pero sobretodo muestra esa guerra con unas dosis de realismo impresionantes. Además, hay un elemento que me parecé clave: la ausencia de esa mirada exterior sobre el conflicto, si acaso representada por el reportero de Rolling Stone. Incluso en las joyas más o menos recientes del género bélico - por poner tres ejemplos: La Chaqueta Metálica, Platoon y La Delgada Línea Roja - siempre existe esa figura protagonista del indivíduo que se encuentra casi contra su voluntad y en contra de sus valores, inmerso en el infierno de la guerra. En esta serie no, son marines y están ahí para eso, sin que desde luego eso les convierta en héroes ni se comporten como tales. En esta línea de realismo histórico reciente, aconsejo sin dudarlo "House of Saddam" (HBO y BBC), que también me pareció una serie soberbia.
Y aquí termina mi crítica, porque si no tendré que abrirme un blog propio en breves...
Por cierto, en relación a tu última entrada en el blog, yo tb escribo esto desde mi lugar de trabajo.
Órdg
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