Waiting for the sun


Cuando ya parecía imposible, el cielo ha vuelto a abrirse para que llueva toda la tarde. Y, como uno es un hijo pródigo pero orgulloso de la anfibia Galiza, los pies me han llevado solos a una jovial peregrinación de charco en charco sin percatarse de la desnudez parcial de mis chanclas de playa. Sí, ayer fue un día de esos en los que vago por las aceras para no estar en ninguna parte. Lo siento, el clima y yo nos hemos reunido en mi despacho al aire libre y no estoy para minucias. Desde que me exilié en tierra seca, aprovecho estos paréntesis torrenciales para recargar el fusil de repetición. Bajo el aguacero, con ruido atronando las orejas y goteras despeñándose por mi barbilla, el tiempo se detiene y el monólogo interior fluye más despacio, dando rodeos para eludir las acostumbradas espirales descendentes. Pronto escampará y tendré que aferrarme a este recuerdo hasta que, probablemente ya en pleno otoño, vuelva la lluvia a despejar mis nubarrones. Mientras tanto, espero al sol mezclando hielo y fruta para endulzar despertares a medias. No sé si lo sabeis pero, por mucho que llueva, hoy no es un día gris como ayer.



the doors - waiting for the sun

1 divagando:

kay disse...

... no puede ser gris si nos reímos de lo absurdos que somos por llevar chanclas en el día del torrente, por tender la ropa el día que más va a llover... que también vivir sin mirar en las predicciones tiene su punto. loving you so much,

kay

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