Luz


Mientras se abren las persianas y se desahucian los edredones, es hora de que las criaturas que habitamos la noche nos retiremos bajo la roca de la que provenimos. A esta hora de la mañana, cuando el día comienza a atreverse a amanecer, las primeras luces me recuerdan a ti. Supongo que te preguntarás qué tendrás que ver tú con estos desvaríos trasnochados del que vuelve a su cueva mientras el resto se deja ir de mala gana en la dirección contraria. Me explicaré. Mientras me encamino a casa, el nacimiento del día va venciendo el negro fundido. En este mismo instante, esa oscuridad profunda se resquebraja poco a poco, aunque todavía conserva un brillo característico, como si una luz intensa intentase atravesar un telón tupido. Ese cielo a medio amanecer me recuerda a ti, que te desperezas en este mismo instante en la otra punta de la ciudad. Recién levantada, tu piel se viste de mármol y tus ojos oscuros lanzan destellos que incendian las sábanas. Como el último resplandor de una llama antes de apagarse o el color indescriptible de este cielo sobre el que cuelgo el cartel de fin de la jornada. Blanco y negro, día y noche, abrazo y mordisco. Tendrás que perdonarme si te parece una cursilería, pero no es que lo diga yo, es que cada mañana está escrito en el cielo. A esta hora de la mañana, me agarro a lo que hace brillar este día a día manchado de tonos grises y malas noticias. Y reluce tan fuerte que, al despertarme, ya entrada la noche, nunca me faltan los ánimos para salir a encender de nuevo las farolas. Nada vale más que quien arroja un poco de luz a este mundo en permanente fundido a negro.

1 divagando:

Enric Draven disse...

Esta claro que los vinculos especiales dan satisfacciones y energias tambien especiales :)

salut amigo V :)

Enric

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