Un ejemplo de mal periodismo


Corren malos tiempos para la prensa sensacionalista, pero no se apuren que pasarán pronto. El descubrimiento de la enorme red de escuchas ilegales del grupo amarillista News Corporation en Reino Unido, que alcanza a la casa real, Downing Street o incluso a los familiares de soldados muertos en Afganistán e Iraq, ha significado el cierre de uno de los más longevos panfletos sensacionalistas, News of the World. Este diario ha cerrado sus puertas tras varias décadas enseñándonos la peor cara del periodismo, un estilo auspiciado por su gran jefe, el magnate ultraderechista Rupert Murdoch. La difamación, el rumor y la casquería fueron convertidos en la materia prima con la que se fabricó un imperio mediático. Ahora que se ha descubierto que sus directivos cometieron todo tipo de excesos e ilegalidades, Murdoch ha intentado poner fin a la polémica cerrando el diario para frenar la hemorragia de lectores escandalizados y de dinero, unos 7.000 millones de dólares en pérdidas en la bolsa de Londres, a día de hoy.

Hay quien defiende que este tipo de prensa existe porque la gente la lee. Porque la gente, que es mayoritariamente boba, necesita su dosis de carnaza y marujeo. Entre ellos, Rebekah Brooks, mano derecha de Murdoch en Reino Unido y brazo ejecutor del estilo moral y profesionalmente reprochable del grupo. Esta pelirroja de Cheshire representa casi todo lo que funciona mal en la profesión periodística. Llegó a News Corp recién terminada la carrera y se propuso prosperar en el grupo costase lo que costase. A los 31 años se convirtió en la editora más joven de un diario británico, en News of the World, y, según sus excompañeros, este meteórico ascenso se debió a tres males fundamentales de la profesión: la falta de escrúpulos a la hora de pisar cabezas en su ambicioso camino hacia arriba, el servilismo total hacia la junta directiva del grupo y la carencia absoluta de ética profesional. Durante su mandato, exigió a sus redactores que siguieran su mismo código de conducta, forzando exclusivas, calumniando y practicando la extorsión y el soborno con tal de obtener una primicia. Se dice que la propia Rebekah llegó a disfrazarse de limpiadora para poder colarse a hurtadillas en un medio rival y robar una exclusiva. Ahora, el anciano Murdoch ha puesto en sus expertas manos la salvación del resto de activos de la compañía, como el tabloide The Sun o el canal Skynews. Si consigue frenar el escándalo con algún contrataque escandaloso, puede que el gobierno británico termine por permitir la compra de la plataforma de pago BSkyB, que serviría para salvar los muebles e incluso ampliar el negocio. Algunos esperamos que esta operación no llegue a prosperar, por el bien de la profesión y por la necesidad de unos medios de comunicación que sirvan para crear una opinión pública realmente informada. Otros, como el empleado más célebre de Murdoch, nuestro añorado Aznar, piden respeto para la libertad de seguir vendiendo basura como si fuese noticia.

1 divagando:

Enric Draven disse...

Recuerdas una peli de James Bond, donde el malo malísimo era un magnate de las comunicaciones? Hoy he visto en un debate que hace pocos años, en una reunión de los distintos servicios de inteligencia europeos, se había trabajado el imperio de Mr Murdoch como posible problema de seguridad pública a nivel supra nacional. Resulta que hace 10 años ya alteró los resultados de las elecciones australianas (su país de origen) con algunas mentiras en portada justo en el momento adecuando. La información es poder, y este es muy malo. Volverá.

Saludos V, mantente incansable!

Enric

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