El muerto vivo

Trabajar en los noticiarios nocturnos proporciona momentos impagables. Una noche cualquiera, la adrenalina periodística puede asaltar los ondas por un ejército cualquiera que echa a su presidente del país en calzoncillos o por la quiebra masiva de los bancos. En realidad, muchos de esos instantes peculiares suceden antes incluso de llegar a la redacción al filo de la medianoche o justo al salir a darse el placer amargo de vivir a contrapelo. Esas horas pueden ser escenario de bohemios vagabundeos urbanos, conversaciones fundamentales, revelaciones inconfesables, pero, como en otras lides, no todo lo que sucede a oscuras merece la pena ser contado. Algunos momentos tienen un vuelo aún más corto y, con ellos, se va cocinando la realidad cotidiana de una radio trasnochada. La soledad kafkiana del transporte público a deshora, el encuentro con el realismo social recrudecido por la crisis o el privilegio de llenar una oficina con tan sólo cuatro almas son la moneda corriente y cualquier salida de guión es bien recibida.

Acostumbrado a descifrar farragosas notas económicas mientras duermen los incautos, a veces se cuelan en el margen de la retina noticias que pueden levantarte la jornada. Hoy ha sucedido. Mientras escribía una referencia al último disco del patriarca de la rumba catalana, una de sus letras más emblemáticas saltó del surco del vinilo y se coló entre la pila de los teletipos. Un brasileño de 59 años que había sido dado por muerto en un accidente de tráfico apareció en su propio entierro después de pasar toda la noche bebiendo cachaça con sus amigos. Todo esto, además, sucedió en día de difuntos. Ademir Jorge Gonçalves, el muerto vivo, resurgió a la mañana siguiente de que sus familiares reconociesen como suyo un cadáver. Llegada la resaca, un amigo escuchó la noticia por la radio, tuvo que acudir al cementerio, más muerto que vivo, a avisar del error, dejando boquiabierto a todo el cortejo fúnebre. No estaba muerto, no. Estaba tomando cañas, lere, leré. Menos mal que aún quedan buenas noticias de la jornada.

Peret - El muerto vivo


 

2 divagando:

Enric Draven disse...

Señor V, no se a usted, pero a mi me encantan estos noticiones. Por un día nos reímos de las noticias malas, que una tras otra, nos hacen perder las esperanzas todos los días.

Esta vez el día no fue tan malo (para el muerto).

salut!

Enric

♥ La Haine ♥ disse...

no sabes lo mucho que echaba de menos leerte... :)

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