Geografía de los tejados de Madrid

Últimamente, vivo más en la azotea de mi edificio que en mi propio piso. Sé que debería callármelo para evitar que el portero se chive a los propietarios, pero dudo que el bueno de Arturo lea algo más allá del Marca. Atractivos no faltan para huir de mis cuatro paredes, con sus horas de sol escatimadas a mi horario laboral, la brisa más allá de mediatarde, los escarceos quinceañeros con las vecinas, el freekick, el trajín del estanquero y el señor Vázquez, cientos de temazos revivaleros hasta el sonrojo para bros&hos, las cenas a oscuras por la fresca y el constante viaje de un tejado a otro, jugando a perseguir palomas y a situar los campanarios, las grúas y las antenas. Y alguna que otra juerga memorable, como la victoria de Italia el verano anterior, las barbacoas de alta cocina made in Berna o la del viernes pasado. Pronto volveremos a subir para festejar mis 27. Mientras tanto, os espero en el recreo veraniego de Border, comentando la jugada con el Piter. No timbren al portal, no estamos en casa. Traigan pan duro para las palomas y alpiste para los buitres.

1 divagando:

dtordable disse...

Llevaré también un periódico color salmón para traernos el trabajo a casa

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